Era 1989. una vez finalizada la última etapa de la gira Apettite For Destruction, yo estaba de vuelta en Los Angeles, bastante vago e incómodo; por primera vez en dos años no tenÃa un lugar determinado donde estar, ningún trabajo que hacer al despertarme. Estuve tanto tiempo afuera que nada me satisfacÃa y todo lo cotidiano me parecÃa extraño. No sabÃa cómo se suponÃa que tenÃa que ir al almacén luego de haber tocado en grandes estadios en Japón la semana pasada. Estuve de gira el tiempo suficiente como para olvidarme que alguna vez me compraba mis propios cigarrillos y alcohol, y lo que realmente no podÃa evitar era la adrenalina de tocar todas las noches.